Cada vez más organizaciones, tanto empresas privadas como instituciones públicas, van integrando los avances de la psicología en cuanto al trabajo en equipo, la gestión de grupos de trabajo y la mejora en el ambiente y clima laborales. Todas estas cuestiones son de gran relevancia para el bienestar de los profesionales y los equipos, pero también de cara a mejorar los resultados y los objetivos que se persigan.
En determinados ámbitos (educativo, sanitario, social) este ambiente de los equipos de trabajo es fundamental al estar, a su vez, tratando y atendiendo a personas. En estos perfiles profesionales es donde más aparece el llamado “síndrome de burnout”, que recoge una serie de síntomas relacionados con malestar y frustración derivados de la actividad profesional y sus condiciones. Sin embargo, no hace falta llegar a estos extremos para que se planteen los beneficios de mejorar el ambiente en los centros de trabajo, y de establecer espacios y mecanismos para que los profesionales puedan desarrollar su actividad libres del exceso de presión y con un mayor grado de satisfacción.
En mi experiencia, esto se consigue cuando dirección y trabajadores entienden la importancia de gestionar, además del objeto específico de su trabajo, la comunicación, coordinación y bienestar del equipo de profesionales. Estos son los parámetros que trabajamos en los talleres y grupos que realizo en organizaciones y equipos de trabajo, que pueden ser del ámbito social (centros educativos, residencias de mayores, equipos de trabajo con menores, centros sociosanitarios, asociaciones, etc.) pero también de cualquier otro (entidades municipales, empresas privadas, etc.).
Es fundamental, en todos los casos, realizar una buena evaluación previa, pues aún compartiendo muchos elementos, cada centro y cada equipo tiene sus propias particularidades y necesidades, y poder responder a ellas de forma efectiva es el gran reto en este asesoramiento.